¿Cuál es el origen de la silicona?

La silicona como sellante tiene una historia que se remonta a más de cuatro décadas, ya que se empezó a conocer en España hacia la segunda mitad de los años 70. En otros mercados europeos su aparición fue anterior. Su nacimiento proviene de la necesidad de una alternativa a otros sellantes utilizados en aquella época en el sector de la construcción que permitiera evolucionar y mejorar los sistemas de estanquidad. En los años que han transcurrido desde su aparición en el mercado, la evolución del producto ha sido muy importante.

De hecho, la silicona nació durante la II Guerra Mundial, concretamente en 1943, para lubricar aviones y permitir que los mismos pudieran volar a más altura. Como sellante, sus inicios están registrados en el año 1963.

¿Cuál es su aportación a la arquitectura?

La silicona ha hecho una aportación muy importante al mundo de la arquitectura moderna. Se trata de un producto que nació en unas circunstancias y con unos objetivos determinados, pero que su evolución ha ayudado a muchos sectores industriales. El hecho de la existencia de la silicona ha permitido que arquitectos, ingenieros, etc., hayan podido acometer nuevas formas de diseño, impensables hace unos años. En definitiva, la silicona ha contribuido a que ahora se pueda crear un tipo de arquitectura diferente, moderna y muy avanzada.

¿Cómo se clasifican las siliconas?

Una de las formas de clasificación de los sellantes de silicona es dividirlos en neutros y acéticos, teniendo en cuenta que en los sellantes neutros es donde encontramos una más amplia variedad de productos: con curado tipo oxima, alcoxy, benzamida y amina, siendo las más extendidas las siliconas neutras oxima y alcoxy.

Un producto en constante evolución

La clasificación de las prestaciones de la silicona está definida también en la normativa de ensayo y clasificación, que hace una separación clara de cada uno de los productos de silicona existentes en el mercado.

Las prestaciones de los sellantes de silicona para la construcción se clasifican principalmente en los tipos siguientes: acristalamientos, fachadas, sanitarios y otras aplicaciones industriales (fuera de la arquitectura).

De cara a los profesionales que la utilizan, hay que decir que la silicona es un producto que evoluciona de manera constante. Antes, las soluciones eran a nivel arquitectónico, pero actualmente este producto ofrece prestaciones muy valoradas, como el aislamiento térmico-acústico, la resistencia de los edificios a movimientos sísmicos, la protección pasiva contra el fuego y las altas temperaturas, etc. En definitiva, la silicona ofrece una gran versatilidad y se adapta a los requerimientos más actuales.

Es importante destacar que, actualmente, la denominación “silicona” se suele emplear de forma genérica para cualquier tipo de sellante, cuando existen varios tipos de sellantes y una gran variedad de siliconas. A veces puede dar la sensación de que la silicona sirve para todo y, aunque es un producto universal, tiene aplicaciones muy específicas en función del tipo de sellante de silicona. Podrían definirse tres funciones básicas: SELLAR, AISLAR y UNIR. Con estas funciones ya se podrían catalogar los distintos tipos de siliconas existentes.

Es innegable el gran valor que la silicona da a una fachada, siendo un producto cuyo coste en el total de la fachada es pequeño, en comparación con el resto de materiales, sin embargo, tiene unas funciones muy importantes.

También sería conveniente añadir un hecho que, por obvio, a veces parece insignificante, sin serlo. Se trata de que la silicona ha añadido transparencia a la edificación, una característica que otros materiales (masillas, etc.) no tienen. La silicona ha añadido el valor constructivo de la transparencia a la arquitectura. La silicona también ha permitido la incorporación masiva del vidrio en la arquitectura. Podríamos decir que la silicona ha dado un mayor protagonismo al vidrio, dando a los edificios una notable mejora estética, un valor añadido muy apreciado actualmente.

Es evidente que sin la silicona no se podría entender la evolución de las fachadas y los cerramientos acristalados.

Tampoco debemos olvidarnos de otra característica importante de la silicona: su probada durabilidad en el tiempo. Tenemos el ejemplo de edificios construidos hace más de 30 años, en los que se empleó silicona estructural, y que siguen conservando las mismas prestaciones que el primer día. Hay que puntualizar que la silicona es la substancia química más resistente que existe. Tiene la misma base química que la arena o el cuarzo, por lo cual resiste como ningún otro producto a la intemperie y a la radiación UV.

Ahorro energético

Otro punto importante: los sellantes de silicona aportan un importante ahorro energético.

Lo que se ha conseguido con la silicona hasta ahora es muy importante y todavía nos queda un amplio campo de desarrollo por delante.

Uno de los compromisos de los fabricantes debería ser el de informar y, sobre todo, formar al sector, especialmente a los aplicadores. Es complicado, pero es una tarea que debe hacerse. Ahora existen muchas marcas y productos y es evidente que la información debe ser un tema básico, para que los resultados finales sean satisfactorios.

Los arquitectos también deberían procurar estar bien informados sobre los productos existentes, para poderlos prescribir de la manera más adecuada, basándose en la normativa vigente y cumpliéndola de la forma más exacta posible, y también exigir que esta normativa se cumpla en toda la cadena de la edificación.

En muchos casos, el arquitecto no deja de ser un diseñador y el éxito de una obra estriba a menudo en contratar a los mejores especialistas para ejecutar cada función relacionada con el edificio. Como fabricantes de siliconas que somos, nuestro objetivo comercial prioritario son los clientes. El cliente es el aplicador de nuestro producto. En Estados Unidos, por ejemplo, el fabricante se suele reunir con los arquitectos, les recomiendan los productos más idóneos en cada caso y es el arquitecto quien consigna en la memoria dichos productos, si los considera adecuados, para que se instalen. Con este método, todo se ensaya antes de comenzar la obra.

La evolución futura de la silicona está ligada a la propia evolución del vidrio. Vemos que las aplicaciones del vidrio en construcción aumentan constantemente. Además, está el sector energético con la fabricación de elementos fotovoltaicos, que abre un nuevo mercado. Es evidente que el vidrio se tiene que colocar y los elementos de instalación que mejor se relacionan con el vidrio son, sin duda, los sellantes de silicona. En sus inicios, se decía que la silicona estructural era “una moda pasajera”. Nada más lejos de la realidad. Además, la utilización de vidrio en la construcción no para de crecer y ello significa que el mercado de la silicona también seguirá aumentando en el futuro.

Fuente:

José Mª Martos

Business Development Director

(Architecture & Industry)